Mesones 74, San Miguel de Allende, 37700, Guanajuato.
Lunes a Domingo de 11 am a 8 pm
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Pocas personas se detienen a pensar en todo lo que implica una pieza de joyería. Hoy queremos contarte cómo se crea un anillo de plata .925, paso a paso, para que puedas entender el arte que llevas puesto.
Todo comienza con una idea. A veces nace de la naturaleza, de una emoción, de un recuerdo, o de nuestras raíces culturales. El diseño se plasma primero en papel: líneas, formas, texturas, proporciones. Aquí se define la esencia de la pieza.
Una vez aprobado el diseño, se funde la plata en bruto. La plata .925 (también conocida como plata esterlina) está compuesta por 92.5% de plata pura y 7.5% de otros metales, generalmente cobre, lo que le da la dureza necesaria para moldearla y trabajarla.
El metal se derrite a más de 900 °C y se vierte en moldes para formar una barra o lámina, que luego se trabaja manualmente.
La barra o lámina de plata se pasa por un laminador hasta alcanzar el grosor deseado. Luego, con herramientas de precisión, se corta la forma base del anillo. Aquí comienza a tomar vida la pieza.
Si el diseño incluye varias partes (como piedras, detalles decorativos o ensamblajes especiales), cada una se suelda cuidadosamente. Este paso requiere mucha experiencia y paciencia para que la unión sea limpia y duradera.
La pieza se perfecciona a mano: se lima para suavizar bordes, se lija para eliminar imperfecciones y se empieza a definir el acabado final. Este paso puede tomar horas, dependiendo del nivel de detalle del diseño.
Con diferentes tipos de pulidores y paños, se le da brillo a la plata. Este paso es esencial para lograr ese acabado espejo que tanto amamos. En algunos casos se deja un acabado satinado, martillado o envejecido, según el estilo de la pieza.
Antes de ponerla a la venta, la pieza se revisa a fondo. Se aseguran los detalles, se pule una vez más si es necesario, y se verifica que cumpla con los estándares de calidad. Solo así una joya puede considerarse terminada y lista para acompañarte.
En tiempos donde todo se puede comprar con un clic, apostar por lo hecho en México es una forma de consumir con más corazón. No es solo moda, es identidad. No es solo una joya, es una obra de arte. No es solo una bolsa, es el resultado de años de saber y de manos que trabajan con amor.
Gracias por apoyar el diseño y la artesanía mexicana.